Heredar el negocio familiar
¿Sabía que solo una de cada diez empresas familiares en España sobrevive a la segunda generación y apenas un tercio consigue llegar a la tercera?
Son pocos los empresarios que llevan a cabo un proceso de sucesión para elegir al heredero del negocio y, en numerosas ocasiones, los hijos, el cónyuge y otros herederos acaban en una serie de conflictos que derivan incluso en el cierre de la compañía. Para evitarlo, hoy queremos explicaros cómo triunfar si has heredado el negocio familiar.- Heredar una empresa: protocolo familiar. Solo el 59% de las compañías cuenta con un protocolo para definir el papel de las siguientes generaciones en la empresa. Preparar a la empresa para ese momento es importante, y el mejor modo de hacerlo es elaborar un protocolo familiar antes del fallecimiento o renuncia del fundador. Lo más lógico es ser previsores e ir preparándolo a medida que los hijos se van haciendo mayores. El documento final tiene que ser aprobado por toda la familia. En él se contemplan temas como la nueva directiva, la gestión, el control, la resolución de conflictos, las condiciones de contratación de los familiares… Cuestiones casi siempre espinosas, que pueden herir sensibilidades. Por esta razón, los expertos legales recomiendan contar siempre con la ayuda de un experto legal, aunque su papel se limite al de mediador.
- Mantener buenas relaciones entre los herederos. Si se hereda un negocio en el que no se había firmado un protocolo familiar -que suele suceder-, es muy habitual que se desate una “guerra” entre los herederos. De acuerdo con la ley, todos se tendrían que poner de acuerdo para conducir el negocio, pero casi nunca sucede así porque cada heredero tiene una opinión propia respecto a la mejor manera de llevar la empresa.
- No intentar controlar a la siguiente generación. Para que un negocio prospere, hay que llevarlo con control y mano firme. Pero ¡cuidado! Conviene también ser flexible y no querer tener un control férreo, incluso después de haber hecho efectiva la sucesión.
- Formarse para poder llevar el negocio. Cuando se tiene claro que se heredará la empresa de la familia, y se está de acuerdo con continuar el negocio y tomar las riendas, conviene ir preparándose con antelación. Así, se debe tener al menos el mismo nivel de competencia que la generación anterior y procurar estudiar para adquirir los conocimientos específicos del negocio que se heredará, así como sobre gestión.
- Escoger un buen equipo para llevar la empresa. Saber escoger a las personas con las que se trabaja es vital: el equipo debe ser eficaz y estar preparado para desempeñar su trabajo, pero, además, debe ser leal a la empresa.